A pesar de su cada vez más peligrosa crisis demográfica, España no implementa medidas que atraigan a inmigración cualificada. Así lo demuestra el reciente informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) “¿Cuál es el atractivo de los países de la OCDE para los migrantes con talento?” publicado hoy.
Según este documento, España está en el puesto 27 entre las naciones que más llaman la atención de inmigrantes con alta cualificación: profesionales con títulos de tercer o cuarto nivel, estudiantes universitarios, empresario o inversores. Para esta comparativa la OCDE ha valorado siete aspectos: calidad de oportunidades, ingresos e impuestos, perspectivas de futuro, entorno familiar, área de habilidades, inclusividad y calidad de vida. Por último, los indicadores también califican la dificultad de los futuros inmigrantes para obtener una visa o permiso de residencia.
Hay que destacar que dentro del grupo de destinos favoritos para los estudiantes extranjeros no aparece España entre los primeros puestos, ocupados por Suiza, Noruega, Alemania, Finlandia y Estados Unidos. Un dato esclarecedor pues revela que de los 572 millones de hispanoparlantes que hay en el mundo (según datos del 2017 del Instituto Cervantes) son muy pocos los que prefieren seguir sus estudios universitarios en la lengua que dominan ya que no ven futuro en suelo español.
Así, los países de la OCDE más atractivos para los inmigrantes altamente calificados son Australia, Suecia, Suiza, Nueva Zelanda y Canadá, debido en parte a las favorables condiciones de admisión y estancia. Pero, indica el organismo internacional, los países interesados pueden aumentar su atractivo acelerando los procedimientos de solicitud y ofreciendo mejores condiciones de residencia a los migrantes altamente calificados y sus familiares.
De esta manera, los Estados Unidos, que se ubica entre los mejores países para los trabajadores y empresarios altamente calificados, pierde puestos en el ranking por el hecho de que relativamente pocos inmigrantes de este tipo pueden obtener una visa, y las condiciones para los miembros de su familia son comparativamente restrictivas.
A principios de este año el Fondo Monetario Internacional (FMI) alertó a España de que necesita más de cinco millones de inmigrantes para evitar caídas de la población activa. A ese dato hay que sumar el de la OCDE que midió el positivo impacto económico de los movimientos migratorios en Europa entre 2004 y 2013 en un 70%. Dicho esto, ¿qué espera España para poner en funcionamiento una verdadera política de inmigración ante su acuciante crisis demográfica?
Sin duda la mejor manera de arrancar es ayudar a los extranjeros que ya viven en territorio español, que ya cotizan en la Seguridad Social, que ya impulsan los índices de natalidad y mejoran la media de edad en el país.