“Al paraguayo se le valora por cómo es: trabajador, alegre, buena persona”, indica Graciela Rojas, la flamante presidenta de la asociación Paraguayos del Principado de Asturias (APPA), para explicar el éxito de la integración de sus connacionales en la comunidad de Vegadeo, en el occidente asturiano.
Graciela hace estas declaraciones en la fiesta de la Jira, la celebración con la que los veigueños cierran su semana grande de verano y en la que gran parte de la comunidad se reúne para, en un entorno campestre, finalizar el periodo vacacional y prepararse para iniciar el nuevo año lectivo. El agasajo se realiza en el área recreativa de Noveledo y ahí la presencia de los cerca de 100 paraguayos reunidos, repartidos en dos carpas, no desentona en lo más mínimo. En medio de sidras y bollos de chorizo, este pequeña gran delegación guaraní recrea para gusto propio y de sus nuevos vecinos sus asados típicos y la seba del mate que comparten con sus vecinos de la América austral.
Lo que en un principio podría parecer tan diferente, tan fuera de lugar, desde hace 12 años es una muestra más de la apertura de los vecinos de Vegadeo, de su visión de futuro y de integración bien concebida, es decir, como un proceso en el que se recibe para dar.
Si bien la llegada de paraguayos comenzó en 2007, fue en 2009, cuando la comunidad alcanzó cierto tamaño, y un grupo de artistas organizó un primer festival folclórico que desde entonces se celebra anualmente en septiembre. Esa iniciativa, que ahora mismo es uno de los reclamos turísticos de la región, fue el germen de la APPA que, fiel al espíritu guerrero de los paraguayos, no se limitó a ser un espectáculo costumbrista anual, y se metió de cabeza a trabajar por sus connacionales y por su comunidad de acogida.
“Cada año entregamos una donativo a diferentes organizaciones solidarias como Cáritas o la Fundación EDES”, cuenta Graciela, “así tratamos de devolver a la comunidad parte de lo que nos da”, sostiene sobre la labor que han realizado las anteriores juntas directivas de la APPA y que ella asumió el pasado junio. Este esfuerzo colectivo es compensado y devuelto por los nativos, en la fiesta de la Jira no es nada raro ver a paraguayos compartiendo con españoles, hondureños y gente de distintas procedencia, un claro ejemplo de que siempre se recibe lo que se da. En verdad, son uno más, son el verdadero ejemplo de los nuevos asturianos.
La APPA demuestra que se puede ser asturiano sin dejar de lado las raíces y que el aporte del inmigrante siempre es mayor a cualquier malentendido que se pueda dar entre comunidades que se necesitan para afrontar el futuro con ganas y posibilidades.