Venezuela, la debacle chavista y el futuro

Actualidad Análisis

Este año marca el 22 aniversario del inicio del régimen chavista en Venezuela. La historia de su ascenso, descenso y su alargado final es analizada en términos sencillos por el especialista Sebastián Jaramillo.

El ascenso

El 2 de febrero de 1999 en Venezuela llegaba al poder Hugo Chávez Frías y su proyecto socialista del siglo XXI, ante el aplauso masivo, sobre todo de aquellos más necesitados quienes con frecuencia se aferran a la llegada de un mesías que les provea de aquello que la corrupción institucionalizada les ha negado. Paso seguido redactó y aprobó vía referéndum una nueva Constitución para fines ulteriores, que empezaba por cambiarle el nombre al país, había que ser “Bolivarianos”, apelar a iconos, y mitos en el imaginario colectivo a fin de lograr cohesión popular por medio de argucias de forma más que de fondo, lograr diseñar y apuntalar la “revolución” en ciernes.

se consolidaba en el poder, aupado por ese enfermizo apego que tenemos los latinoamericanos a la imagen de caudillo populista.

Al grito de “Exprópiese”, “Yankees de mierda!!!”, entre otros, junto a una toma sistemática de las funciones del Estado, y a un manejo mediático astuto, se consolidaba en el poder, aupado por ese enfermizo apego que tenemos los latinoamericanos a la imagen de caudillo populista. Los precios de petróleo en la nación con las reservas más ingentes fueron una herramienta útil, que ayudó a emprender programas sociales de gran alcance, que usualmente iban de la mano con corrupción de la misma magnitud. Así pasaron los años para los “llaneros”, entre expropiaciones, “regalos” del gobierno, controles en el tipo de cambio, propaganda a la nación por medios de comunicación y continua represión a todo intento de emprender o crear riqueza desde el sector privado. En esta “normalidad” paralela todo estaba bajo la lupa y escrutinio de los “enchufados” al poder, todo debía ser aprobado o arrasado según se mueva el pulgar del líder.

No obstante, a pesar de la imagen que se empujaba desde el aparato estatal, Chavez era mortal, enfermó y en marzo de 2013 su sucesor, Nicolás Maduro Moros, acompañado de un grupo de colaboradores, anunciaban la muerte del “Comandante”, como era costumbre, por cadena televisiva. Unos dijeron que había muerto varios días antes, y que el citado informe fue simplemente una estrategia para que la noticia llegue en un momento menos tenso y así disminuir el descontento de los chavistas y preparar la transición. A la par, los precios del crudo bajaban de manera estrepitosa en los mercados internacionales, se suspendieron del todo o disminuyeron en alcance algunos planes sociales y el asistencialismo en general, los hospitales empezaron a verse sin insumos, la cintura de los venezolanos al igual que la economía se redujeron. Atrás quedaban los días en que Venezuela era ofertante de ayuda internacional y petróleo barato a sus amigos, lejos quedó ese 2005 en donde se dieron el lujo de enviar ayuda a los habitantes del sur del “imperio yankee” azotados por el Huracán Katrina.

El descenso

El modelo asistencialista, como muestra la historia hasta el cansancio, no fue sostenible en el tiempo, ello sumado a la renta petrolera diezmada causaron que el Estado se quede sin fondos. El nuevo gobernante, sin el carisma de su antecesor y sin dinero para regalar, acudió a las fuerzas armadas para aplastar a la disidencia  y encarcelar opositores.

Según el Índice de Miseria de Bloomberg, Venezuela es en este momento considerada el país con el peor desempeño económico en el mundo,  alrededor del 90% de venezolanos son pobres, hoy en día millones comen poco o no comen, “La inseguridad alimentaria es una preocupación en todo el país”, el 32,3% de la población venezolana la padece y necesita ayuda, de acuerdo al informe del Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas.

El modelo asistencialista, como muestra la historia hasta el cansancio, no fue sostenible en el tiempo, ello sumado a la renta petrolera diezmada causaron que el Estado se quede sin fondos. El nuevo gobernante sin el carisma de su antecesor y sin dinero para regalar acudió a las fuerzas armadas para aplastar a la disidencia  y encarcelar opositores.

El Observatorio Venezolano de la Violencia (OVV) señala que cientos de personas han muerto por la represión gubernamental, asimismo, la inflación es indetenible, incluso se ha mencionado dolarizar la economía como medida desesperada para detenerla. Maduro niega con vehemencia su incapacidad, repite una y otra vez que la culpa de todo es de “la guerra económica impulsada por la derecha y los Estados Unidos”, hace unos días incluso busco un chivo expiatorio en Europa al señalar que la derecha española era parte de ese plan macabro.

Los 300.900 millones de barriles de reservas que, según la Organización de los Países Exportadores de Petróleo (OPEP), posee Venezuela no son garantía para salir de este bache, la explotación del mismo es cada vez menor dado el colapso de los equipos y el caos reinante en la Petrolera Nacional PDVSA, además como indican los expertos, los precios del crudo “están atados a lo que ocurra con los jugadores del mercado internacional. Por el lado de la demanda, estos son Estados Unidos, China e India; por el lado de la oferta, están Oriente Medio y Estados Unidos”. Igualmente, técnicas de explotación relativamente nuevas como el “fracking” presentan nuevos escenarios y fueron causa de un aumento en la oferta y el subsiguiente desplome de precios. A inicios de la década pasada, el precio de cada barril llegó a superar los 120 dólares, el mismo barril hoy cuesta un poco más de 48 dólares.

Por su parte, el PIB en el mes que transcurre se redujo en un -28.4% adicional, y la rampante inflación según predicciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) cerrará el año con en 6.500%. Sin COVID se esperaba una contracción en la economía venezolana de 14,5%, mas las cifras dicen indican que será de 37%. El reporte de 2020 del Centro de Documentación y análisis para los trabajadores (Cenda) menciona que “el poder adquisitivo real del salario mínimo es apenas de 0,4% y reveló que los 11 rubros que conforman la canasta básica tuvieron un variación porcentual positiva de dos dígitos en sus precios, lo que pone más presión a la población”.

Juan Guaidó (…) cuenta de reconocimiento por parte 50 naciones del mundo, sin embargo no hace gala de las capacidades logísticas ni el poder militar para gobernar. Maduro por su parte, carece del reconocimiento de casi todo el planeta y población venezolana pero controla lo que queda del aparato productivo estatal, para comprar consciencias y a las Fuerzas Armadas Bolivarianas.

El largo final

La situación venezolana es caótica por donde se mire, Juan Guaidó, quien se ha negado a solicitar ayuda internacional para deponer al régimen de Maduro, cuenta de reconocimiento por parte 50 naciones del mundo, sin embargo no hace gala de las capacidades logísticas ni el poder militar para gobernar. Maduro por su parte, carece del reconocimiento de casi todo el planeta y población venezolana pero controla lo que queda del aparato productivo estatal, para comprar consciencias y a las Fuerzas Armadas Bolivarianas. En este escenario el Parlamento venezolano de mayoría opositora electa en 2015 aprobó el sábado pasado extender por un año sus funciones y las de Guaidó, a pesar que constitucionalmente deberían terminarlas en enero de 2021, cuando se instalaría el nuevo Legislativo de abrumadora mayoría oficialista, llegado al poder en elecciones carentes de transparencia y caracterizadas por ausentismo masivo, llevadas a cabo el 6 de diciembre de 2020.

Guaidó que se ha dado el lujo de desperdiciar el tiempo que no tiene, busca permanecer con esta medida un año más como líder del Parlamento y mandatario interino, aunque pocos son quienes creen que con esta medida logre cumplir su promesa de establecer un nuevo gobierno electo democráticamente en las urnas y revertir la debacle de su país. El 27 de este mes reiteró su ofrecimiento de hacer “todo lo que esté a su alcance para lograr forzar una solución política, que saque del poder a Nicolás Maduro” y fue enfático en indicar que el 2021 será el fin del ciclo chavista, aunque para que ello se materialice hacen falta el apoyo del ejercito y la Comunidad Internacional; la salida de Trump de gobierno estadounidense y el giro que tome en 2021 la política en ese país y en Europa será sustancial para este fin. Venezuela de cara al 2021 camina bajo la marcha que toca el régimen, es evidente que el multilateralismo global tiene pocos o ningún deseo real de ayudar, más allá de las proclamas huecas que con cierta frecuencia se emiten desde sus foros.

A los venezolanos que aún no se han sumado a ese éxodo, que la Agencia de la ONU para los refugiados calcula en poco menos de 5 millones, (…) les queda seguir luchando, salir a las calles, demostrar que ahí son mayoría y que quieren un cambio rotundo.

A los venezolanos que aún no se han sumado a ese éxodo, que la Agencia de la ONU para los refugiados calcula en poco menos de 5 millones, junto a aquellos que desde lejos hacen patria de alguna manera, les queda seguir luchando, salir a las calles, demostrar que ahí son mayoría y que quieren un cambio rotundo. Los más desposeídos aún residentes en su tierra, esos quienes carecen de medios para migrar y que eran quienes iban a ser redimidos por Chavéz serán la base del cambio inevitable, ningún mal puede durar cien años, y las manos que antes aplaudían los gritos de “Expropiese!!!” serán un puntal para sacar adelante a su país, sumarse a sus compatriotas que caminan la avenida Panamericana buscando un futuro mejor, huyendo de lo que les pertenece no puede ser una opción a largo plazo.

ILUSTRACIÓN:La tormenta en el mar de Galilea” con bandera de Venezuela.
FUENTE: @AsturiasYoVivoAquí

SOBRE EL AUTOR

J. Sebastián Jaramillo S.
B.A. en Relaciones Internacionales y Master en Economía Internacional y Estudios Políticos

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